sábado, 28 de abril de 2012

EN CASA DE RAMÓN ALDAY.


"Pegando en la pera en casa de Ramón Alday el martes 13 de marzo. Vista a cagarse y la once mejor. Gracias Chinito y un saludo especial a tu Sra. Pilar que fue una anfitriona excepcional. 

PD.: DEPENDENCIAS SUPER CALIFICADAS Y DISPONIBLES PARA UN PRÓXIMO ENCUENTRO DE NUESTRA GENERACIÓN."

Agustín Montes Castro

RAÍCES DE CONVIVENCIA LICEOS Nº 2 Y Nº 3 DE PLAYA ANCHA.


Durante la visita de Octavio Triviño, haciendo bellos recuerdos, aparecen de derecha a izquierda: Patricia Rathje (prima de Héctor Hernández), Octavio, Ana María Miranda y Agustín Montes Castro.


UN HASTA PRONTO...

¡Cuántas historias se escriben en el muro del olvido, cuántas  cosas que se quedan en el tintero de la vida, cuántos sueños confundidos en nubes de paso. Todo va muy rápido en el crepúsculo del alba de la existencia. Un hasta pronto para el amigo Cabrera.

H.H.

viernes, 13 de abril de 2012

PASEO 1 DE FEBRERO DE 2012 Y UNA CARTA NOSTÁLGICA.


Al grupo de amigos: Un archivo de musica... Donde estabas tú? .... Los Jaivas
Vengo saliendo de una tremenda gripe que duro mas de dos semanas. Me agarre el HVN1, la gripe del puerco, junto con la gripe del pollo, en fin todo lo que te puedan imaginar y eso que me vacune contra la gripe. El doctor dijo que la vacuna solo cubria 4 tipos de virus de gripe, yo como soy suertudo me agarre el virus numero 5. Mi esposa trajo el virus a casa y yo lo recibi con los brazos abiertos.
Que foto más bonita has enviado Agustin, te agradezco enormemente este gesto. Qué alegria mas grande volver a ver a las preciosuras de Paty y Anita aunque sea por fotos... un abrazo para ellas y mis cariñosos saludos.
Octavio que felicidad verte todo sonriente y saludable, realmente no has cambiado fisicamente; me imagino que tu viaje a Chile fue colmado de recuerdos y felicidades.
Montito siempre igual con su actitud positiva que siempre le ha caracterizado; recuerdo a Agustin en una casa cerca del paseo 21 de Mayo, alli estuvimos dialogando en la vereda observando la bahia.
El chino Alday tampoco cambia nada de fisonomia, solo años más de experiencias. Viene a mi memoria la última vez que vi al chino Alday fue por allá en 1978, colgando de una micro 12, Cerro Barón, hablamos un poco en una situación apretada pues yo iba en la micro siendo una sardina mas. Puchas, esta foto me ha levantado el ánimo y a seguir la lucha por la sobreviencia. Trataré de rejuvenecer para ganarle a Octavio que representa como 40 años de edad.
Cuando estaba viviendo en Montreal, escuchaba una cancion en frances que hablaba de los amigos de antaño y venian los recuerdos a mi memoria de todos los amigos del liceo, de parranda, y de aventuras; cada uno con sus sueños que hacer con sus vidas. Muchos años mas tarde quien se iba a imaginar que no ibamos a rencontrar nuevamente. Un abrazo fraternal para cada uno de los amigos de antaño y sigan disfrutando la vida.
Saludos!
Herman Stuardo Pérez

domingo, 19 de febrero de 2012

PALABRAS DE UN MAESTRO.


Con sentido pesar, comunicamos la partida de nuestro querido y jamás olvidado amigo y profesor, LUIS VALLE ABARCA.
Deja una huella imborrable en la vida y la memoria de quienes fuimos sus discípulos y disfrutamos de sus buenos consejos, apreciaciones literarias y artísticas, largas conversaciones y su admirable comprensión y entusiasmo por el desarrollo de estas vidas que para él fueron sus hijos.
Tenía un sentido de lo humano y una espiritualidad que en pocas personas volveremos a encontrar. Como testimonio de esa entrega y compromiso, transcribo para ustedes el texto de un discurso que hiciera en el "Valparaíso Eterno" el 4 de junio de 1999.

“PENSANDO EN EL TIGRE”

30º Aniversario de Egreso del Liceo de Hombres Nº2,
“Alfredo Nazar Ferez”,
Playa Ancha.
1969 – 1999.


Luis Valle Abarca, Ex
Profesor Jefe.
“Valparaíso Eterno”,
04 – Junio – 1999.

“Pero no importa que los días
felices sean breves
como el viaje de la
estrella desprendida del cielo,
pues siempre podremos
reunir sus recuerdos,
así como el niño
castigado en el patio
encuentra guijarros para
formar brillantes ejércitos.
Pues siempre podremos
estar en un día que no es ayer ni mañana,
mirando el cielo nacido
tras la lluvia
y escuchando a lo lejos
un leve deslizarse de remos en el agua.”
(Jorge Tellier)

Recuerdo cuando me contó Valentín, que su hermano que estudiaba Arquitectura, iba a construir un ESTUDIO o TALLER en su casona de gran estilo en la calle Santa María, Playa Ancha. También que Enrique iba a ayudarle en las instalaciones eléctricas. Había compadres transitorios o permanentes (Ricardo) que daban una manito. Primero, despejar el terreno y adaptarlo. De eso, vi tomar a pulso piedras, ladrillos, sacos de cemento, tierra, tablones, fierros y todo tipo de instrumental. Tiempo, esfuerzo y mucho entusiasmo concretó el plan. En dos o tres meses más vi su construcción. Después, la inauguración y creo que no fue un sino múltiple; siempre había algo que celebrar: cumpleaños de los Novoa, reunión del grupo de Curso del 69; porque se había terminado un año universitario, porque a las pololitas (quizás las primeras y únicas –ya actuales y maternales señoras (ojo: hay varias abuelitas), había que mostrarles este “exótico” lugar, sitio que provocaba envidia y, también, privilegio ser invitado.

Y vino el mural, la cabeza de un tigre pintado en colores fosforescentes junto a otra muralla en estilo psicodélico, línea Vassarely. Los juegos de luces y parlantes que Enrique tenía a cargo desde una mesa de comando, hacía que el local tomara la apariencia –para más de alguien- de una “cave”, o “pub”, “discoteca” o vulgarmente un “garito” de clase, que frente a la ubérrima imaginación de los envidiosos no invitados, TODO ERA PERMITIDO: y claro, era permitido que el amor, los besos, las emociones nacieran. La música rebotaba entre las murallas y las luces giratorias. ¿Recuerdan lo de Santana, The Beatles, Carol King, The Carpenters, Sonora Palacios (con cumbias arrabaleras el descueve), Jimi Hendrix, Engelbert Humperdinck, Los Bric a Brac, Nino Bravo, Camilo Sesto, The Rolling Stones, Canciones del Festival de San Remo, Joe Cocker, Janis Joplin, Los Jaivas, Gatti, Los Blops, The Mamas & The Papas, etc., etc. Los bailes a go go, rock, twist; canciones como My Lord, Mamy Blue, Los sonidos del silencio, Matándome suavemente con tu canción, Y volveré, Todos juntos, etc. Y entre medio de tanto inglés se colaba la canción-himno del Viaje de Estudios al Sur: “PUERTO MONTT” (Los Iracundos). Manolo Palma fue el primero que apareció con su disco 45 R.P.M. Por la radio: “In a gadda da vida” (Iron Buterfly), canciones de Joan Baez, Inti Illimani, “La lluvia, el parque y otras cosas”, etc., etc.

A veces una cámara indiscreta captaba situaciones “comprometedoras” (ver Álbum) o se rompían unas botellas de cerveza (un mal pensado decía que era una damajuana, un chuico o tonel) escondidas detrás de un lienzo donde todos los mensajes o garabatos o símbolos varios aparecían escritos con intensos plumones y que permitía, también, a los más tímidos por ese entonces (Rola), esconderse detrás de él. Este lienzo artesanalmente servía de cortina para ocultar el bar y no permitir las miradas indiscretas para los que se dedicaban a “ponerle”, “empinar el codo” para agarrar más onda. Estos momentos traían, por supuesto, grandes risotadas; ojos que giraban o miraban perdidos, silencios imponentes, tartamudeos, vacilaciones marcadísimas o, simplemente, el “tuto”.

El peligro mayor era subir por una escalera muy de película que unía este sótano a los baños del primer piso, aunque algunos no alcanzaban a llegar. ¿Quién no recuerda que Jaime representó muy a lo vivo una escena de “El exorcista”, al vomitar y girar su cabeza en 180º, manchando a José Miguel que estaba a sus espaldas? Allí, venía el nuevo trabajo para Valentín, Oscar o los compadres: limpiar estas horribles huellas, baldear, manguerear, barrer, sacar y ventilar cosas, desinfectar y poner todo a su carácter de ESTUDIO. Claro que el Sr. Novoa venía a dar su vueltecita como que no quiere la cosa pues era obvio que todos esos “susurros” musicales llenaban la casa entera impidiendo el sueño al resto de la familia. Algo se calmaba; pero, algo, pues al retirarse el Papá, volvía a surgir con más violencia la alegría que a todos ya había invadido por completo. “El Tigre” miraba silencioso, acezante, con sus ojos intensos e hipnóticos. ¿Lo pintó Oscar? ¡Sí!, estoy seguro, pues a mí me parecían un poco a los de él.

“El Tigre” revivía en estas reuniones de amistad, chacoteo, borracheras sanas, romances juveniles, estudios universitarios o algunos en su primer trabajo. Y claro, no todo era perfecto pues a veces estaban los “colados”, “paracaidistas”, los “invitados por nadie”, los “fantasmas” que por suerte fueron pasajeros. La envidia de quienes no concurrían a este lugar tan selectivo, tan VIP’s en la sociedad playanchina se dejaba sentir. Por ejemplo, reclamar a Carabineros. ¿Cuántas veces llamaron la atención por la fuerte música al amanecer? En más de una oportunidad salí a dar explicaciones de que era una fiesta de curso para reunir fondos y todo el rollo, incluso, convidarles una copita para pasar el frío o unos sandwiches de quesillo (según receta de Carreño). ¿Y qué pasó cuando hubo toque de queda? Muy fácil: se corrió el horario a tipo matiné o vermú (¿Fue más o menos así?).

“El Tigre” camina suavemente en mi memoria, enjaulado entre tantos gratos como sentidos recuerdos de esa época del 70, como creo lo hará cada uno de los amigos de Óscar y Valentín. “El Tigre” no ruge sólo mira intensamente en nuestra memoria a través de todos estos años hasta encontrar la ocasión en cada uno de nosotros que lo hará vivir de nuevo. Un increíble poeta, Nicanor Parra, ha retratado mágicamente lo que se escapa con la juventud:


ÚLTIMO BRINDIS

Lo queramos o no
Sólo tenemos tres
alternativas:
El ayer, el presente y
el mañana.

Y ni siquiera tres
Porque como dice el
filósofo
El ayer es ayer
Nos pertenece sólo en el
recuerdo:
A la rosa que ya se
deshojó
No se le puede sacar
otro pétalo.

Las cartas por jugar
Son solamente dos:
El presente y el día de
mañana.

Y ni siquiera dos
Porque es un hecho bien
establecido
Que el presente no
existe
Sino en la medida en que
se hace pasado
Y ya pasó...,
Como la juventud.

En resumidas cuentas
Sólo nos va quedando el
mañana:
Yo levanto mi copa
Por ese día que no
llega nunca
Pero que es lo único
De lo que realmente
disponemos.

“El Tigre” fue refugio de ilusiones entre los 17 a 22 años. Comenzar a enfrentarse con la vida en su primera batalla: los estudios superiores. Confiar y darse cuenta que la carrera elegida era la adecuada frente a las dubitaciones de los restantes compañeros.

Sería imposible que lo político no afectase a más de alguno. Cual más, cual menos tuvo que enfrentarse a la historia del país. ¡Imposible no soslayarse! Y frente a los cambios gubernamentales estaban los del paso de joven a adulto, a ser hombre. Ser hombre en el buen sentido de la palabra: trabajar, terminar su carrera y formar familia. Así, El Tigre también fue ocupado como sala-cuna cuando Enrique Lemoine presentó a su primer hijo (ver Álbum). Imposible no percibir, no sentir alguna emoción de ver este grandioso y maravilloso cambio de quienes, niños
pocos años antes, ya mostraban su paternidad.

Amigos: el poder seguir por tantos años cerca de ustedes, tal vez no físicamente pero teniendo en mente el saber cómo estaban, dónde vivían, qué hacían en sus trabajos, cuántos hijos tenían era y es mi constante. Ustedes son parte mía y configuran a lo que aspiré como Profesor Jefe de Curso: formar jóvenes. Confío mi meta se haya cumplido. Fueron circunstancias tan especiales para reunir primero a un grupo de Padres y Apoderados que supieron asumir su rol de tal. Luego, el material mejor: USTEDES.

Ahora, los años, darán la razón a quienes quisieron que sus estudios fuera lo más importante; y, para ellos mis respetos.

Queridos amigos: Tal sus padres, pretendan lo más noble y digno que puedan dar a quienes les continúan: Educación.

“Me despido de los
amigos silenciosos
a los que sólo les
importa saber
dónde se puede beber
algo de vino
y para los cuales todos
los días
no son sino un pretexto
para entonar canciones
pasadas de moda.”
(Jorge
Teillier, fragmento de “Despedida”)


Valparaíso, 04 – 06 – 1999.

lunes, 6 de febrero de 2012

ALEJANDRO CABRERA ZÚÑIGA.

Alejandro Cabrera Zúñiga



Estimados colegas:
Debo comunicarles el sensible fallecimiento de un compañero y amigo. Esta mañana de domingo, Érica, la compañera de Alejandro Cabrera, me ha avisado que él ha partido el martes pasado en Pichidegua, por paro respiratorio e insuficiencia renal.

Alejandro estudió un año y algo más en la carrera de Filosofía en la Universidad Católica, luego Contabilidad y en Alemania obtuvo un título en Arte Culinario, labor en que se desempeñaba en ese país.

Se casó en Chile dos veces, tuvo dos hijos. Con uno de ellos, Francisco, marchó a Europa. En Alemania se casó con una alemana y tuvo dos hijos más. Allá hizo una situación que le permitió reunir cierto patrimonio.

Desgraciadamente, sufrió un grave accidente automovilístico que lo dejó cuadrapléjico, imposibilitado en todo su cuerpo, mas con la entereza e inteligencia que Dios le dio, más una buena rehabilitación en la república germana, pudo sobreponerse y adquirir todos los recursos para desempeñarse en forma más o menos independiente (silla de ruedas eléctrica, grúa para cama, oruga para ascenso de escalas, computador adaptado).

Sin embargo su esposa no fue capaz de sobrellevar esa relación y se divorciaron. Se trasladó a España, donde fue cuidado por su madre; adquirió una finca y se dedicó al cultivo de naranjas
-obviamente con operarios-trabajo que supo dirigir muy bien. Posteriormente le atendió durante ocho años una chilena, la que fue su pareja hasta el último día.

Como a tantos chilenos en el extranjero, lo venció la nostalgia de su patria y el deseo de brindar alguna ayuda al país, motivo que le hizo regresar. Procuramos convencerle que, dada su discapacidad y las posibilidades del país, no era lo mejor para él, pero el "loco", siempre voluntarioso, volvió.

Tuvimos lindos encuentros, largas conversaciones sobre lo humano y lo divino, me planteaba sus dudas teológicas y argumentaba simpáticas teorías filosóficas, pasamos buenos momentos de amistad.

Se compró un terreno en Pichidegua, donde continuó con trabajos agrícolas, pero continuamente debía viajar a Viña del Mar a controles médicos. En tanto perdió una pierna. Cuando le sucedió eso recordé un chiste que hacíamos cuando éramos jóvenes, pero no quise decírselo pues ahora estaba más sensible, ese "hombre duro" que era antes. Cuando nos veamos les cuento el chiste. No creo que Cabrera ahora se vaya a enojar.

Lamento que no pudieran avisarme antes. Habría asistido al funeral. Érica me dice que se volcó medio pueblo en el cementerio, pues él había hecho amistad con el alcalde, el director de la escuela, el pastor y el diácono del pueblo.

Curiosamente, revisando papeles esta semana, encontré un sobre con poemas manuscritos de él, trabajos que me regaló cuando se fue a Alemania. Me dije "voy a mostrárselos a Alejandro, cuando le vea". Ahora los tengo para mí y para quienes deseen leerlos.

Fue mi amigo entrañable, una persona con cualidades y defectos, como todos, un hombre idealista pero práctico a la vez, amante de la vida campestre y de las digresiones filosóficas, "castizo" según su tío más admirado, inquieto desde niño, inclinado en sus últimos días a las cuestiones espirituales, en las que encontró refugio para sus dolores de alma.

Nancy fue su primer gran amor, Érica el postrero, a la que llamó "mi agua" porque calmó su sed de vida.

Un adiós afectuoso al amigo y compañero.

Iván Tapia


Querido amigo Iván:

Gracias por este descriptivo mensaje que me deja triste y pensativo. La figura de Alejandro se viene a mi memoria y a través de oraciones envío mi gran respeto a este gran hombre autentico y de pensamientos profundos. Éramos nosotros los que estábamos fuera del radio de la normalidad para él.

Muy hermosos y emotivos todos los mensajes enviado por los amigos del Liceo. No tengo nada más que agregar, todo está dicho y solo queda rendirle los honores a este gran compañero de estudios.

Hasta pronto Alejandro!

Herman Stuardo

Alejandro...espero que algún día puedas leer estas desordenadas líneas... Sé que estas contemplando mis nerviosos dedos deslizarse por el teclado... Pensar que el viernes nos acordamos de ti... tantas historias, tantas anécdotas... tantos recuerdos… REBELDE con causa siempre recuerdo tus respuestas y consultas de fondo a las órdenes... de las cuales nunca fuiste amigo... tanto la de nuestros profesores.... como las del cuartel... Te recuerdo pagando flexiones en el Maipo o campaña y un par de conversaciones doctrinarias, respecto al proceso revolucionario en América Latina y Chile... Obviamente teníamos visiones distintas, mas siempre respeté tu consecuencia... Desde ese lejano año 1973… jamás te volví a ver… sólo supe de ti.... mi compañero de humanidades, gracias a Iván Tapia... que me contó de tu accidente.

LOCO LINDO... espéranos en EL LIBRO DEL MAR INFINITO… ahí anota nuestros nombres... cuando nos reunamos nuevamente habrá un viril brindis por ti

ALEJANDRO CABRERA

Saluda de mi parte a Arias, Farías , Molina ,
Otayza, negro Salas…

tu compañero

Pancho Benavides